"Este disco, de versiones de, digamos, canciones clásicas, exhibe un gesto de “apropiacionismo” bastante ambicioso. No por nada en su lista figuran los nombres de Johnny Cash y Edith Piaf, por ejemplo. Y ya desde la portada se muestra en toda su potencia; una imagen que se enfrenta a la mirada, la provoca. Y la música es consecuencia natural. O al revés, eso de igual".
Texto completo, aquí.