19 diciembre 2011

Retro-Mania











"It's curious that almost all the intellectual effort expended on the subject of sampling has been in its defence. When sampling first made waves in the mid-eighties, journalistic discussions nearly always focused on the legal aspect, framing the samplers in punk-like terms (as rebellious, iconoclastic) . Academic studies of sampling have likewise generally sided with 'the streets' versus the multinational entertainment companies. This reflects the left-wing bias of academia and a tendency to see the whole area of property rights, including copyright, as intrinsically conservative, aligned with corporations and land-owners, the status quo. Some theorists also argue that ideas of originality and intellectual property are ethnocentric, pointing out that non-Western or precapitalist folk cultures often have much looser, more collective notions of authorship. Still, it is surprising how few thinkers have considered the issue from the perspective of the samplee rather than the sampler. A Marxist analysis of sampling might conceivably see it as the purest form of exploiting the labour of others. In a more general sense, you could see it as a form of cultural strip-mining, a ransacking of the rich seams of past musical productivity."

Del nuevo libro de Simon Reynolds, "Retro-Mania".

09 noviembre 2011

El lenguaje libertario

"Si, de todos los seres, el hombre es el “único ser nacido realmente para vivir libre”, si es, por su naturaleza, ser-parala-libertad, la pérdida de la libertad debería ejercer sus efectos sobre la naturaleza humana misma: el hombre se ha desnaturalizado, por lo tanto debe cambiar de naturaleza. No cabe duda de que no adquiere con ello naturaleza angélica alguna."

Pierre Clastres.

"El lenguaje libertario", excelente selección de Christian Ferrer, con textos de Chomsky, Bookchin, Deleuze, Foucault, entre otros.

01 noviembre 2011












"Laughter, though, only infrequently corresponds to the outline of compenetration. Ordinarily what it puts into play is a comic object, facing which it's (theoretically) sufficient to have one person laughing, not two. As a general rule, two or several people laugh. The laugh reverberates, amplified from one person to another, but those laughing may be unaware – they may be - of their compenetration; they can treat it as a negligible element or have no awareness of it. It's not among those who laugh that the rupture takes place and otherness comes into the picture, but in the movement of the comic object".

The Bataille Reader. Buenisimo.

31 octubre 2011

Medios sin fin










“Una vida que no puede separarse de su forma es una vida que, en su modo de vivir, se juega el vivir mismo y a la que, en su vivir, le va sobre todo su modo de vivir. ¿Qué significa esta expresión? Define una vida –la vida humana- en que los modos, actos y procesos singulares del vivir no son nunca simplemente hechos, sino siempre y sobre todo posibilidad de vivir, siempre y sobre todo potencia”.

Otro de Agamben, un librito que, por lo demás, parece que esta agotado: "Medios sin fin"


27 octubre 2011

Mi poema favorito

Tranqui hoy, de Alfredo Jaramillo.


"La historia empezó con unas bailarinas búlgaras
hundidas en el fondo del mar, haciendo piruetas con los peces
el poema decía “atención / que es madrugada y viene el mar /
que los peces están fríos y no paran de cantar / bailarinas búlgaras
bailarinas búlgaras hasta el final”, y después
nunca siguió
como miles de otras cosas, hace poco sin más
pensaba en otro que iba a hablar sobre Monrovia
le iba a poner “Chica de Monrovia”, relataría la vida
de un soldado desnutrido que fumaba Camel 10
muriéndose de ganas de hacerse una operación
de cambio de sexo
algo que nunca se escribió, por otro lado
como ese poema que empezaba “estaba perdido allá
camino a Tulsa”, ¿de dónde salió? ¿quién
lo vio venir? ¿cómo llega la inspiración?
¿a la noche, en un rapto, incitada por dos
botellas de nafta, media naranja, una
cucharada de odio?

Como el viento que borra el paso de la culebra,
la memoria es agresiva con algunas vibraciones:
en el Valle están inundando un pueblo
en tu barrio se preparan para faenar el pasado
este domingo, a tu novia ni la invitás
a comer a casa de tus padres, mejor
salir a poner unos caños al cine
o en las colas del subte
para que los chicos sin hambre sigan
sin hambre, para que las nenitas
que andan en jumper fumando a escondidas
sientan la excitación de las armas
y de la primavera en flor que llega
siempre a tiempo para el amor, qué
cabeza el ritmo desolador del verso
en la poesía contemporánea, el basismo
arruinó el paraíso terrenal que tanto trabajo
nos costó a mí y a mis compañeros
construir durante largos años
rosqueando de noche y día entre paredes
flacas de una universidad estatal, era
un neverland flasherísimo, ver al Gerar
y a toda esa banda pinchar teléfonos
para hacer operaciones retóricas, larga distancia
rodeados por la niebla pesada de las chacras.

Ah, si hubiéramos sabido para qué
crecer, para qué empezar a meternos
cosas por todos lados, con tal
de pasar a estar estimulado
con otra cosa además de la edad
que de un día al otro cambia, hasta que
empezás a sentir
la respiración densa del salario
soplándote la nuca, las mitades
de mes super loco a las siete
olvidándote de tu flia, ni sabés
que estás por perder más de lo que
estás ganando con tu risa demente
rodeado de chicos flacos
vestidos en galerías oscuras
donde unas viejas arman
el frente más amplio de la historia.

Así empiezan todos los viajes: en una punta
y después terminan en cualquiera
el sonido del abandono está viniendo
desde abajo de la cama, los muertos
desfilan en la plaza esta mañana, vamos
a ver cómo los padres alzan a sus chicos
encima de la multitud sonriente
para ver el despliegue, suenan cañonazos
y nadie corre, pensando en estrategias para olvidar
las cosas a las que les dijeron chau.

Ahora estás tomando cosas para sentirte especial
estás hurgando tu cerebro con un isopo
dinamitando el córtex
para ver qué sale y qué no
para ver qué dura y qué no
bajando el submarino
hasta el centro de tu pecho
para ver si esta fosa tiene fondo
mientras arriba todos cocinan
sus huevos, preparan su nesquik
y hacen que la vida sea
el baile de siempre.

Es tan fácil escribir esto
no hay nada fuera de la duda
basta un cuerno antiguo
encontrado debajo de las piedras
tocarlo, bajar al pueblo
y en el jugo sucio del secreto encontrar
el desequilibrio que impone
la verdad y la forma entre nosotros

Esta es una canción que llega desde el cielo
debajo del magma caliente de la herencia
entre los ríos de los baños de boliches donde cantan
los chicos y las chicas libres de esta nación:

TRANQUI HOY

para el perro que mea en la calle y construye su imperio
para el chico que besa a su novio y siente el calor
para Héctor que rema en el río
para los pibes que riman en chino
para los animales que mueren en la ruta
para tu dealer padrino de bodas
para esas canciones que encienden la radio
para los dinosaurios de mi provincia
para Juancito loco de pala
para tu hermana que estuvo en Zapala
para el linyera que grita en la calle

TRANQUI HOY

en las nurseries y en los crematorios
en la nouvelle que escribe el sepulturero
escrita a sangre en los ratos libres

TRANQUI HOY

esta va por los malos viajes
va por el humo de los meses que se fueron
va por lxs chicxs que están confundidos
por los que no pueden dormir de noche
por los que saben que va a llegar el carguero de la luz

TRANQUI HOY

esto es lo que estabas esperando
una que vaya por vos

una que vaya por mí."




(Cada vez que lo leo, me gusta mas)



24 octubre 2011

Idea de la Musa



















“En Le Thor, Heidegger impartía su seminario bajo la sombra de unos frondosos árboles. En algunas ocasiones, en cambio, salían fuera del pueblo, caminando en dirección a Thouzon o hacia el Rebanquet, y entonces el seminario tenía lugar frente a una cabaña perdida en medio de un olivar. Un día en que el seminario llegaba ya a su fin, y los alumnos le asediaban con preguntas, el filósofo contestó tan sólo: ‘Vosotros podeís ver mi límite, yo no puedo’. Años antes había escrito que la grandeza de un pensador se mide por la fidelidad al propio límite interno, y que no conocer este límite –y no conocerlo por su proximidad a lo indecible- es el regalo secreto que el ser, raras veces, puede hacer.”

Giorgio Agamben, "Idea de la prosa".

23 octubre 2011

"Subversive Spinoza"
















"Spinoza teaches us thus to make a distinction in the ethical world. The world is ethical only to the extent that, and because, we ourselves live it. At this level of development of human reality, the ethical alternative regains its highest significance: an alternative between life and death, between constructing and destroying. When ethical power articulates itself in the absolute contingency of being, this movement is not indeterminate. There is a criterion, a standard: the reasons of life against those of death. 'A free man thinks of nothing less than of death, and his wisdom is a meditation on life, not on death' (E IV P67). The ethical act will thus be an act of composition, of construction - from the heart of being, in the tension between the singular and the collective. The possibility of a total violation of the world does not lead us to qualify action indifferently. The negation of every form of dualism and every mediation does not suppress the ethical alternative: it displaces it, resituates it on the extreme limit of being, where the alternative is between living and being destroyed. The radicality of the alternative highlights its drama, its intensity and irreversibility. And it is precisely, and justifiably, in this intensity and drama of the choice that ethics becomes political: the productive imagination of a world that is opposed to the world of death. 'For a free people is led more by hope than by fear, while a subjugated people is led more by fear than by hope; the former seek to engage in living, the latter simply to avoid death (TP V, 6)"

Toni Negri, en "Subversive Spinoza", acá.

16 octubre 2011

Genius
























“Hay una locución latina que expresa maravillosamente la secreta relación que cada uno debe saber entablar con su propio Genius: indulgere Genio. A Genius es preciso condescender y abandonarse, a Genius debemos conceder todo aquello que nos pide, porque su exigencia es nuestra exigencia, su felicidad es nuestra felicidad. Aun si sus -¡nuestras!- exigencias puedan parecer poco razonables y caprichosas, es bueno aceptarlas sin discutir. Si, para escribir, tenemos -¡tiene él!- necesidad de ese papel amarillento, de esa lapicera especial, si necesitamos precisamente aquella luz mortecina que alumbra desde la izquierda, es inútil decirse que cualquier lapicera hace su trabajo, que todas las luces y todos los papeles son buenos. Si no vale la pena vivir sin aquella camisa de lino celeste (¡por favor, no la blanca con el cuellito de empleado!), si nos sentimos sin ánimo para seguir adelante sin esos cigarrillos largos hechos en papel negro, no sirve de nada repetirse que son solamente manías, que es hora de ponerse más juiciosos. Genium suum defraudare, defraudar al propio genio, significa en latín entristecerse la vida, embrollarse a uno mismo. Y genialis, genial, es la vida que aleja la mirada de la muerte y responde sin dudar a la incitación del genio que la ha generado.”

Releyendo “Profanaciones”, de Agamben.

15 octubre 2011

El compromiso con la teoría.

"Un discurso crítico no produce un objeto, u objetivo, o saber, político nuevo que sea simplemente el reflejo mimético de un principio político a priori o compromiso teórico. No podemos exigirle al discurso crítico una pura teleología de análisis por la cual el principio primero se vea simplemente aumentado, su racionalidad fácilmente desarrollada, su identidad como socialista o materialista (por oposición a la neo-imperialista o humanista) consistentemente confirmada en cada fase opositiva de la argumentación. Tal kit identificador del idealismo político puede ser un gesto de gran fervor individual, pero carece del sentido profundo, aunque peligroso, de lo que está implicado en el passage de la historia por el discurso teórico. El lenguaje de la crítica es efectivo no porque mantenga siempre separados los términos del amo y el esclavo, el mercantilista y el marxista, sino en la medida que supera las bases ya dadas de la oposición y abre un espacio de traducción: un lugar de hibridismo, hablando figuradamente, donde la construcción del objeto político que es nuevo, ni el uno ni el otro, aliena apropiadamente nuestras expectativas políticas, y cambia, como debe, las formas mismas de nuestro reconocimiento del momento de lo político. El reto radica en concebir el momento de la acción política y entender que abre un espacio que puede aceptar y regular la estructura diferencial del momento de intervención sin apresurarse a producir una unidad del antagonismo o la contradicción social. Esto es señal de que la historia está ocurriendo -en las páginas de la teoría, o en los sistemas y estructuras que construimos para figurar el paso de lo histórico".

Homi Bhabha.
"El compromiso con la teoría"

02 agosto 2011

El hombre democrático...

“El hombre democrático sólo vive en el presente, dictando sobre los deseos que surgen. Hoy, prepara una comida bien grasosa, mañana, por la influencia de Buda, el ayuno ascético, agua limpia y desarrollo sostenible. El lunes, se vuelve a poner en forma pedaleando durante dos horas en una bicicleta inmóvil, el martes, duerme todo el día y luego fuma y va de fiesta. El miércoles, dice que va a leer filosofía, pero al final prefiere no hacer nada. El jueves, se apasiona por la política durante el almuerzo, salta de la rabia por la opinión de su vecino y denuncia con el mismo entusiasmo furioso la sociedad consumista y la sociedad del espectáculo. Por la noche, va al cine a ver una gran película medieval de guerra. Va a la cama soñando que participa en la liberación de los pueblos esclavizados. Al día siguiente va a trabajar con resaca, e intenta, sin éxito, seducir a la secretaria de la oficina de al lado. ¡Ya está decidido, se va a meter en los negocios!¡Las ganancias inmobiliarias para él! Pero lo del fin de semana, lo de la crisis, todo eso se verá la semana siguiente. ¡Ésta es una vida, en todo caso! Ni orden, ni ideas, pero puede decirse agradable, feliz, y sobre todo tan libre como insignificante. Pagar el precio de la libertad con la insignificancia no es caro."

(dice Badiou que dice Platón, en "Democracia, ¿en qué estado?)

15 julio 2011

"Una introducción a la teoría literaria"



















"El escribir, como cualquier otro proceso del lenguaje, opera recurriendo a la diferencia, pero debe recordarse que la diferencia no es un concepto en sí misma, no es algo que pueda pensarse. Un texto puede "mostrarnos" algo sobre la naturaleza del significado y de la significación que no puede formular como proposición. Según Derrida, todo lenguaje despliega este "excedente" que se halla encima del significado exacto, y amenaza siempre con extralimitarse e ir más allá del significado que se propone encerrar. Es en el discurso "literario" donde esto resulta más evidente, pero también se presenta en cualquier otro tipo de escritura. La desconstrucción rechaza —como cualquier otra distinción absoluta— la oposición literario/no literario. Entonces, la aparición del concepto de escribir encierra un reto a la idea misma de estructura. La estructura siempre supone la existencia de un centro, de un principio fijo, de una jerarquía de significados y de una base firme, ideas que ponen en tela de juicio el interminable diferenciar y posponer que se observan en el acto de escribir".

Un clásico de Terry Eagleton.

02 julio 2011

01 julio 2011

Comet Gain!





















(Así comienza Julio. Que maravilla)

30 junio 2011

El chivo expiatorio

“La indiferenciación ‘primordial’, el caos ‘original’, tienen a menudo un carácter fuertemente conflictivo. Los indiferenciados no cesan de luchar para diferenciarse entre sí. Este tema está especialmente desarrollado en los textos postvédicos de la India brahmánica. Todo comienza siempre por una batalla interminable, imprevisible, de los demonios, que se parecen tanto que ya no es posible distinguirlos. En suma, siempre es la mala reciprocidad demasiado rápida y visible lo que uniformiza los comportamientos en las grandes crisis sociales susceptibles de desencadenar las persecuciones colectivas. Lo indiferenciado no es más que una traducción parcialmente mítica de tal estado de cosas. Hay que asociar a ello el tema de los gemelos o de los hermanos enemigos que ilustra de manera especialmente eficaz la indiferenciación conflictiva; tal es, sin duda, la razón que convierte este tema en todo el universo en uno de los puntos de partida mitológicos más clásicos”

René Girard.
El chivo expiatorio

26 junio 2011

"Huérfanos de Brooklyn" (II)

"Las curiosas opiniones de Minna se iban filtrando a través de las bromas que explicaba o que le gustaba escuchar, o aquellas que cortaba a poco de que alguien empezara a explicarlas. Aprendimos a navegar por el laberinto de sus prejuicios, a ciegas. Los hippies eran peligrosos y extraños, y había algo de triste en sus utopías erróneas. ("Tus padres debían de ser hippies -me dijo-. Por eso has salido así de raro.") Los homosexuales eran recordatorios inofensivos del impulso latente dentro de todos nosotros... y ser "medio moñas" era más vergonzoso que serlo del todo. Ciertos jugadores de béisbol, específicamente los Mets (los Yankees eran sagrados pero aburridos, los Metz maravillosamente patéticos y humanos), eran medio moñas: Lee Mazzilli, Rusty Staub, más adelante Gary Carter. Así como la mayoría de las estrellas de rock y cualquier que hubiera estado en el ejército sin ir a la guerra. Las lesbianas eran sabias y misteriosas y merecían todo el respeto (¿cómo ibamos nosotros, cuyo conocimiento sobre las mujeres dependía totalmente de Minna, a discutírselo cuando él mismo se mostraba reverente y desconcertado?), pero aún así podían parecer cómicas por tercas y estiradas. La población árabe de Atlantic Avenue resultaba tan distante e incomprensible como las tribus indias que habitaban nuesrta tierra antes de que llegara Colón. Las minorías 'clásicas' -irlandeses, judíos, polacos, italianos, griegos y puertorriqueños- eran la sal de la vida, divertidos por naturaleza, mientras que los negros y los asiáticos de todo tipo resultaban soberbios y sin gracia (probablemente los puertorriqueños deberían pertenecer a esta segunda clase pero habían sido elevados a la categoría de 'clásicos' gracias exclusivamente a West Side Story y todos los hispanos eran 'puertorriqueños' incluso aunque, como ocurría con frecuencia, se tratara de dominicanos). Pero la estupidez más supina, la enfermedad mental y la ansiedad sexual o familiar eran las chispas que ponían en marcha a las minorías clásicas, las fuerzas animadas que daban color a la vida humana y que, una vez aprendías a identificarlas, fluían en cualquier tipo de personalidad o interacción. Eran una forma de racismo, no de respeto, que consideraba imposible que los negros y los asiáticos fueran estúpidos como los irlandeses y los polacos. Si no eras divertido, en realidad no existías. Y por regla general era preferible ser estúpido de remate, impotente, vago, glotón o un bicho raro que ir por ahí tratando de eludir tu propio destino u ocultarlo bajo patéticas poses de vanidad y serenidad. Así fue como yo, el Bicho Raro Supremo, me convertí en mascota de una cosmovisión".

Jonathan Lethem.
"Huérfanos de Brooklyn"

25 junio 2011

"Huérfanos de Brooklyn" (I)

“Una anécdota verdadera, aunque se repetía tan a menudo como un chiste, remolcando la barca sin parar, era la del poli que hacía ronda por Court Street y acostumbraba a dispersar los grupos de adolescentes que se reunían por la noche en la entrada de las casas o delante de los bares atajando sus excusas con un “Sí, sí, me lo cuentas por el camino”. Más que nada, aquella historia resumía mi idea de Minna: su impaciencia, el placer que obtenía comprimiendo, haciendo más expresivas, hilarantes y vívidas las cosas cotidianas refundiéndolas. Le encantaba charlar pero detestaba las explicaciones. Una expresión de cariño no tenía gracia si no acababa en insulto. Un insulto mejoraba si también era autocrítico; uno ideal debería servir como muestra de la filosofía callejera o como reanudación de algún debate aletargado. Y cualquier charla era mejor a la carrera, lejos de la acera, entre momentos de acción: aprendimos a contar nuestros cuentos caminando”.

Jonathan Lethem
"Huérfanos de Brooklyn"

24 junio 2011

El tiempo en ruinas














“Contemplar unas ruinas no es hacer un viaje en la historia, sino vivir la experiencia del tiempo, del tiempo puro. En su vertiente pasada, la historia es demasiado rica, demasiado múltiple y demasiado profunda para reducirse al signo de piedra que ha escapado de ella, objeto perdido como los que recuperan los arqueólogos que rebuscan en sus cortes espacio-temporales. En la vertiente presente del tiempo, la emoción es de orden estético, pero el espectáculo de la naturaleza se combina en esa vertiente con el de los vestigios. Sucede a veces que contemplamos un paisaje y extraemos de él una sensación de dicha tan vaga como intensa. Cuanto más ‘naturales’ son esos paisajes (cuanto menos deben a la intervención humana), tanto más la conciencia que llegamos a tener de ellos es la de su permanente o, al menos, de una muy larga duración que nos permite medir por contraste el carácter efímero de los destinos individuales. Con todo, al espectáculo de la perpetua renovación de la naturaleza puede unirse también el sentimiento reconfortante de una totalidad que trasciende esos destinos –o en la cual se funden-, el sentimiento de la intuición panteísta o materialista del ‘nada se pierde, nada se crea’. La naturaleza, en este sentido, anula no sólo la historia, sino también al tiempo”.

Marc Augé
"El tiempo en ruinas". Por acá.

12 junio 2011

"Halfway to a threeway"

(Un disco breve y clásico para MM, perseguida por HADOPI)




















Fuzzy Sun.

19 mayo 2011

Laura Nyro



"There'll be trains of blossoms, there'll be trains of music, there'll be trains of trust, trains of gold and dust, sweet trains of thought, can you surry?, Surry down to a stoned soul picnic, surry down to a "stone soul picnic"

14 mayo 2011

"La dialectique"



"A mediados de los años treinta, mientras trabajaba en el libro sobre París y, después, en el de Baudelaire, Benjamin elabora el concepto de "imagen dialéctica" (dialektisches Bild), que estaba llamado a constituir el fulcro de su teoría del conocimiento histórico. Quizá en ningún otro de sus textos se aproxima tanto a dar una definición de ella como en un fragmento (N 3,1 del libro sobre los Pasajes de París). Distingue aquí las imágenes dialécticas de las esencias de la fenomenología husserliana. Mientras que éstas son conocidas con independencia de cualquier dato fáctico, las imágenes dialécticas son definidas por su índice o marca históricos que las remite a la actualidad. Y mientras que para Husserl la intencionalidad sigue siendo el presupuesto de la fenomenología, en la imagen dialéctica la verdad se presenta históricamente como "muerte de la intentio". Y esto significa que el pensamiento de Benjamin asigna a las imágenes una dignidad comparable con los eide de la fenomenología y con las ideas de Platón: la filosofía se ocupa del reconocimiento y la construcción de tales imágenes. La teoría benjaminiana no contempla ni esencias ni objetos, sino imágenes. Pero lo decisivo en Benjamin es que estas imágenes se definen a través de un movimiento dialéctico que es captado en el acto de su suspensión (Stillstand): "No es que el pasado arroje su luz sobre el presente o el presente su luz sobre el pasado, sino que la imagen es aquello en que lo que ha sido se une de modo fulmíneo con el ahora (Jetz) en una constelación. En otras palabras: la imagen es dialéctica en situación de suspensión (Stillstand no indica simplemente una detención, sino un umbral entre la inmovilidad y el movimiento)". En otro fragmento, Benjamin cita una pasaje de Focillon en que el estilo clásico se define como un "breve instante de plena posesión de la forma... como una felicidad rápida, como la akmé de los griegos, el astil de la balanza sólo oscila levemente. No espero verla inclinarse de nuevo súbitamente, y todavía menos el momento de fijeza absoluta, sino el milagro de esta movilidad titubeante, el temblor ligero imperceptible que me indica que está viva". Como en el "danzar por fantasmata" de Domenico de Piacenza, la vida de las imágenes no consiste en la simple inmovilidad ni en la sucesiva recuperación del movimiento, sino en una pausa cargada de tensiones entre ambas. "Cuando el pensamiento se detiene de repente en una constelación saturada de tensiones", se lee en la tesis XVII sobre la filosofía de la historia, "provoca en ésta una sacudida en virtud de la cual se cristaliza en mónada".
...
"En la historia de la filosofía, esta "dialéctica en estado de detención" tiene un arquetipo ilustre. Éste se encuentra en el pasaje de los Segundos analíticos, donde Aristóteles compara la repentina parada del pensamiento en que se produce lo universal, a un ejército en fuga en el que de golpe un soldado se detiene y otr después de él y así sucesivamente, hasta que reconstituye la unidad inicial. Aquí lo universal no se alcanza por medio de un procedimiento inductivo, sino que se produce analógicamente en lo particular en virtud de su parada. La multiplicidad de los soldados (es decir, de los pensamientos y de las percepciones) en fuga desordenada es percibida de improviso como unidad, al igual que Benjamin -sirviéndose de una imagen de Mallarmé, que, en el Coup de dés, había elevado la página escrita a la potencia del cielo estrellado y, a la vez, a la tensión gráfica de la réclame- hablaba de la brusca inmovilización del pensamiento en una constelación. Esta constelación es, según Benjamin, dialéctica e intensiva, es decir, capaz de relacionar un instante del pasado con el presente.
Hay un grabado de Focillon de 1937, en el que el gran historiador del arte (que había heredado de su padre la pasión por las estampas) parece haber querido fijar en una imagen esta agitación suspendida del pensamiento. Representa a un acróbata que oscila colgado en su trapecio sobre la pista iluminada de un circo. En la parte inferior, a la derecha, la mano del autor escribió el título: la dialectique."

Giorgio Agamben
"Ninfas"

Who will cut our hair when we're gone?

"- I wrote you a letter to become a member of your fanclub
But all i got in the mail was return to sender
- I'm still a big big star
- No you're not
- Yes I am
- No you're not
- Yes I am
- No you're not."



Un disco fabuloso.

09 mayo 2011

El monstruo

“Una última diferencia con las teorías del sujeto / trabajo concierne el proceso de constitución de la subjetividad. En la neomonadología, el modelo de subjetivación es el monstruo. El proceso constitutivo cosmológico no puede implicar sino producciones de subjetividad dis-humanas.

El individuo no es sólo el resultado del encuentro y del cruce de corrientes diferentes en el interior de redes que constituyen el cerebro colectivo. También es el producto de un proceso de reflexión sobre sí de las fuerzas psicológicas. En el punto de encuentro de las relaciones intercerebrales surge un ritornelo, una acción de subjetivación, que imprime su propia marca diferencial a una nueva combinación de las fuerzas. El proceso de subjetivación se constituye en el interior de esta red cerebral y puede ser asimilado a un pliegue, a una retención, a un enrollamiento de los flujos sobre sí mismos.

El ritornelo no es la coronación de la obra de la naturaleza en la forma consumada del sujeto o de la comunidad, sino el lugar mismo de una subjetivación imposible. El proceso de subjetivación siempre es una jerarquización momentánea, una clausura provisoria de una multiplicidad de fuerzas, que supone a la vez la organización de una cooperación y el mando de esa cooperación. El individuo (célula, ser humano o sociedad) se constituye en la distancia entre la acción del principio coordinador y la voluntad de apropiación del mundo, es decir, como movimiento continuo para superar esta coordinación.

De este modo, todo individuo no es sino un equilibrio móvil atravesado por series de variaciones que se combaten entre sí y se mantienen a favor mismo de esta lucha. Subyacentes a los equilibrios móviles, actúan fuerzas momentáneamente sometidas, pero virtualmente libres. Tarde forja así una concepción muy dis-humana del proceso de subjetivación. El tipo —o el individuo— no es sino una estabilización, una clausura momentánea del infinito de monstruosidad que cada fuerza oculta en sí en sus relaciones con las demás fuerzas. La monstruosidad definida de este modo no es la excepción al tipo, sino su propia naturaleza. El modelo de subjetivación es el monstruo”.

Maurizio Lazzarato
Por una política menor"

29 abril 2011

Wild Combination

"A portrait of Arthur Russell" (2008)



1+1+1+1

22 abril 2011

El sobrino de Wittgenstein

"Nunca había conocido antes a una persona con un don de observación más agudo, a ninguna de mayor riqueza mental. Sólo que Paul tiraba ininterrumpidamente por la ventana su riqueza mental exactamente lo mismo que su riqueza en dinero, pero mientras que su riqueza en dinero quedó muy pronto definitivamente tirada por la ventana y agotada, su riqueza mental era realmente inagotable; la tiraba ininterrumpidamente por la ventana y ella se multiplicaba (al mismo tiempo) ininterrumpidamente, cuanto más de su riqueza mental tiraba por la ventana (de su cabeza), tanto más aumentaba esa riqueza, eso es al fin y al cabo lo característico de esas personas que al principio están locas y finalmente son calificadas de dementes, el que cada vez más y de forma cada vez más ininterrumpida tiran su riqueza mental por la ventana (de su cabeza) y, al mismo tiempo, en esa cabeza suya, su riqueza mental se multiplica con la misma rapidez con que la tiraron por la ventana (de su cabeza). Cada vez tiran más riqueza mental por la ventana (de su cabeza) y, al mismo tiempo, esa riqueza se hace cada vez mayor en su cabeza y, como es natural, cada vez más amenazadora, y finalmente no pueden seguir tirando la riqueza mental (de su cabeza) y su cabeza no aguanta ya esa riqueza mental que se multiplica constantemente en su cabeza y se acumula en esa cabeza suya, y explota. Así explotó sencillamente la cabeza de Paul, porque no pudo seguir tirando la riqueza mental (de su cabeza). Así explotó también la cabeza de Nietzsche. Así explotaron en fin de cuentas todas esas locas cabezas filosóficas, porque no pudieron seguir tirando su riqueza mental. En esas cabezas surge finalmente de forma continua y realmente ininterrumpida la riqueza mental, con una velocidad mucho mayor y más atroz que aquella con la que puede ser tirada por la ventana (de su cabeza), y un día su cabeza explota y están muertos. Así explotó un día la cabeza de Paul y estuvo muerto".

Thomas Bernhard
"El sobrino de Wittgenstein". Acá.

15 abril 2011

Pharoah Sanders



"Finalmente, decidí no salir a pasear. Decidí no meterme en lo que no me incumbía y quedarme en el interior leyendo hasta que llegara la hora de marcharse de aquel horrible sitio. Por desgracia, no había llevado libros y en el refugio no había discos, así que mi única salvación era la única cinta que Johnny Cactus tenía en el coche. En ella el Cactus había grabado "The creator has a masterplan" de Pharoah Sanders.
Y nada más.
Eso no significa que al terminar la canción había que rebobinar la cinta. Era mucho peor. Johnny Cactus había grabado noventa minutos de "The creator has a masterplan" de Pharoah Sanders, su canción favorita, una y otra vez. Terminaba y volvía a empezar. Eternamente.

The creator has a masterplan
Peace and happiness for every man.


Y otra vez:

The creator has a masterplan
Peace and happiness for every man.


A los dos días de escucharla diez mil millones de veces empecé a comprender a los buscadores de oro del Klondike que sufrían ataques de fiebre de las nieves y descuartizaban con un hacha a toda su familia, arrastrados hacia la locura por el ruido del viento entre los árboles, o el hu-hu constante de un búho.
A los seis días, dejé de poner la cinta y me concentré en lo único que me quedaba: pensar en Rebeca y odiarla aún más".

de "Cosas que hacen BUM", de Kiko Amat.

Y claro, la versión íntegra de "The creator...": 32 maravillosos minutos.

13 abril 2011

Nudity



“An attempt to think about nudity in all its theological complexity and, at the same time, to move beyond the theological perspective is accomplished in Walter Benjamin's work, Toward the end of his essay on Goethe's Elective Affinities, he examines the relationship in beauty between the veil and the veiled, appearance and essence, in connection with the character of Ottilia (whom Benjamin saw as a figuration of Jula Cohn, the woman whom he was in love with at the time), In beauty the veil and the veiled, the envelopment and the object that it envelops, are linked by a necessary relationship that Benjamin calls "secret" (Geheimnis). The beautiful, then, is that object for which the veil is essential. That Benjamin is aware of the theological depth of this thesis, which irrevocably links the veil to the veiled, is suggested by a reference to the "age-old idea" that the veiled is transformed by its unveiling, since it can remain "equal to itself" only underneath its envelopment. As a result beauty is in its essence an impossibility of unveiling; it is "non-unveilable" (unenthüllbar)”.

Giorgio Agamben
“Nudities”
Completo, aquí.

09 abril 2011

Musica para tormentas

Un disco maravilloso y atemporal.



Completito, aquí.

03 abril 2011

Vienna 1900




"In his early stories Thomas Mann produced several lively portraits of a widespread turn-of-the-century type, the apocalyptic aesthete. The story “At the Prophet’s,” written in 1904, begins with an ironic ode to artistic megalomania.

Strange regions there are, strange minds, strange realms of the spirit, lofty and spare. At the edge of large cities, where street lamps are scarce and policemen walk by twos, are houses where you mount til you can mount no further, up and up into attics under the roof, where pale young geniuses, criminals of the dream, sit with folded arms and brood; up into cheap studios with symbolic decorations, where solitary and rebellious artists, inwardly consumed, hungry and proud, wrestle in a fog of cigarette smoke with devastatingly ultimate ideals. Here is the end: ice, chastity, null. Here is valid no compromise, no concession, no half-way, no consideration of values. Here the air is so rarefied that the mirages of life no longer exist. Here reign defiance and iron consistency, the ego supreme amid despair; here freedom, madness, and death hold sway.

In Mann’s 1902 story “Gladius Dei,” a young man named Hieronymus strides through Richard Strauss’s hometown of Munich, scowling at the extravagance around him. He goes inside an art shop and berates its owner for displaying kitsch—art that is merely “beautiful” and therefore worthless. “Do you think gaudy colors can gloss over the misery of the world?” Hieronymus shouts. “Do you think loud orgies of luxurious good taste can drown the moans of the tortured earth? … Art is the sacred torch that must shed its merciful light into all life’s terrible depths, into every shameful and sorrowful abyss; art is the divine flame that must set fire to the world, until the world with all its infamy and anguish burns and melts away in redeeming compassion!”

All over fin-de-siècle Europe, strange young men were tramping up narrow stairs to garret rooms and opening doors to secret places. Occult and mystical societies—Theosophist, Rosicrucian, Swedenborgian, kabbalistic, and neopagan—promised rupture from the world of the present. In the political sphere, Communists, anarchists, and ultra-nationalists plotted from various angles to overthrow the quasi-liberal monarchies of Europe; Leon Trotsky, in exile in Vienna from 1907 to 1914, began publishing a paper called Pravda. In the nascent field of psychology, Freud placed the ego at the mercy of the id. The world was unstable, and it seemed that one colossal Idea, or, failing that, one well-placed bomb, could bring it tumbling down. There was an almost titillating sense of imminent catastrophe.

Vienna was the scene of what may have been the ultimate pitched battle between the bourgeoisie and the avant-garde. A minority of “truth-seekers,” as the historian Carl Schorske calls them, or “critical modernists,” in the parlance of the philosopher Allan Janik, grew incensed by the city’s rampant aestheticism, its habit of covering all available surfaces in gold leaf. They saw before them a supposedly modern, liberal, tolerant society that was failing to deliver on its promises, that was consigning large parts of its citizenry to poverty and misery. They spoke up for the outcasts and the scapegoats, the homosexuals and the prostitutes. Many of the “truth-seekers” were Jewish, and they were beginning to comprehend that Jews could never assimilate themselves into an anti-Semitic society, no matter how great their devotion to German culture. In the face of the gigantic lie of the cult of beauty—so the rhetoric went—art had to become negative, critical. It had to differentiate itself from the pluralism of bourgeois culture, which, as Salome demonstrated, had acquired its own avant-garde division.

The offensive against kitsch moved on all fronts. The critic Karl Kraus used his one-man periodical, Die Fackel, or The Torch, to expose what he considered to be laziness and mendacity in journalistic language, institutionalized iniquity in the prosecution of crime, and hypocrisy in the work of popular artists. The architect Adolf Loos attacked the Art Nouveau compulsion to cover everyday objects in wasteful ornament, and, in 1911, shocked the city and the emperor with the unadorned, semi-industrial facade of his commercial building on the Michaelerplatz. The gruesome pictures of Oskar Kokoschka and Egon Schiele confronted a soft-porn art world with the insatiability of lust and the violence of sex. Georg Trakl’s poetry meticulously documented the onset of insanity and suicidal despair: “Now with my murderer I am alone.”

If members of this informal circle sometimes failed to appreciate one another’s work—the bohemian poet Peter Altenberg preferred Puccini and Strauss to Schoenberg and his students—they closed ranks when philistines attacked. There would be no backing down in the face of opposition. “If I must choose the lesser of two evils,” Kraus said, “I will choose neither.”

The most aggressive of Vienna’s truth-seekers was the philosopher Otto Weininger, who, in 1903, at the age of twenty-three, shot himself in the house where Beethoven died. In a city that considered suicide an art, Weininger’s was a masterpiece, and it made a posthumous bestseller of his doctoral dissertation, a bizarre tract titled Sex and Character. The argument of the book was that Europe suffered from racial, sexual, and ethical degeneration, whose root cause was the rampant sexuality of Woman. Jewishness and homosexuality were both symptoms of a feminized, aestheticized society. Only a masculine Genius could redeem the world. Wagner was “the greatest man since Christ.” Strange as it may seem in retrospect, this alternately incoherent and bigoted work attracted readers as intelligent as Kraus, Ludwig Wittgenstein, and James Joyce, not to mention Schoenberg and his pupils. The young Alban Berg devoured Weininger’s writings on culture, underlining sentences such as this: “Everything purely aesthetic has no cultural value.” Wittgenstein, who made it his mission to expunge pseudo-religious cant from philosophy, was quoting Weininger when he issued his aphorism “Ethics and aesthetics are one.

The entire discourse surrounding the Viennese avant-garde demands skeptical scrutiny. Certain of these “truths”—fatuous generalizations about women, obnoxious remarks about the relative abilities of races and classes—fail to impress the modern reader. Weininger’s notion of “ethics,” rooted in Puritanism and self-hatred, is as hypocritical as anyone’s. As in prior periods of cultural and social upheaval, revolutionary gestures betray a reactionary mind-set. Many members of the modernist vanguard would tack away from a fashionable solidarity with social outcasts and toward various forms of ultranationalism, authoritarianism, even Nazism. Moreover, only in a prosperous, liberal, art-infatuated society could such a determinedly antisocial class of artists survive, or find an audience. The bourgeois worship of art had implanted in artists’ minds an attitude of infallibility, according to which the imagination made its own laws. That mentality made possible the extremes of modern art".

Alex Ross
"The Rest is Noise". Completo, aquí.

25 marzo 2011

"Después de la teoría"

“Roland Barthes fue un hombre de izquierdas para quien el marxismo era lamentablemente deficitario en lo que se refería a la semiótica, la ciencia de los signos. Julia Kristeva trabajó sobre el lenguaje, el deseo y el cuerpo, asuntos que no encabezaban precisamente la agenda marxista. Sin embargo, ambos pensadores guardaban estrechas afinidades en este aspecto con la política marxista. Al filósofo posmoderno Jean Francois Lyotard le parecía que el marxismo era irrelevante para la teoría de la información y la vanguardia artística. La revista cultural más vanguardista de la época, Tel Quel, descubrió en el maoísmo una efímera alternativa al estalinismo. Esto era casi como encontrar una alternativa a la heroína en el crack”.

Terry Eagleton
"Después de la teoría". Completo, aquí.

17 marzo 2011

Introductory Note on the Concept of Democracy.

"The term democracy sounds a false note whenever it crops up in debate these days because of a preliminary ambiguity that condemns anyone who uses it to miscommunication. Of what do we speak when we speak of democracy? What is the underlying rationale? An alert observer will soon realize that, whenever she hears the word, it might mean one of two different things: a way of constituting the body politic (in which case we are talking about public law) or a technique of governing (in which case our horizon is that of administrative practice). To put it another way, democracy designates both the form through which power is legitimated and the manner in which it is exercised. Since it is perfectly plain to everyone that the latter meaning prevails in contemporary political discourse, that the word democracy is used in most cases to refer to a technique of governing (something not, in itself, particularly reassuring), it is easy to see why those who continue, in good faith, to use it in the former sense may be experiencing a certain malaise. These two areas of conceptuality (the juridico-political and the economic-managerial) have overlapped with one another since the birth of politics, political thought, and democracy in the Greek polis or city-state, which makes it hard to tease them apart. An example will show what I mean. The basic term politeia may not be familiar to readers without Greek, but they have seen it translated as The Republic, the title of Plato's most famous dialogue. "Republic" does not, however, exhaust its range of meanings. When the word politeia occurs in the classical writers, it is usually
followed by a discussion of three different forms of politeia: monarchy, oligarchy, democracy, or six if you count the three corresponding parekbaseis, or deviant forms. But translators sometimes render politeia with "constitution," sometimes with "government." In The Constitution of Athens (chapter 27), Aristotle characterizes the "demagogy" of Pericles this way: "demotikoteran synebe genesthai ten politeian," and a standard English translation runs "the constitution became still more democratic." Aristotle continues with the statement that "apasan ten politeian mallon agein eis hautous," which the same translator renders as "brought all the government more into their hands." To make his translation coherent, he ought to have written "brought all the constitution more into their hands," but that would obviously have created a difficulty.

When the same fundamental political concept can be translated to mean either "constitution" or "government," then we have ventured out beyond ambiguity onto the featureless terrain of amphibology (a term from grammar and rhetoric signifying indeterminacy of meaning). Let us train our gaze on two further passages from two classics of Western political thought, Aristotle's Politics and Rousseau's The Social Contract, in which this unclarity manifests itself with particular force. In the Politics, Aristole states his intention to itemize and analyze the different "constitutions" or "forms of constitution" (politeiai): "Since politeia and politeuma signify the same thing, and since the politeuma is the supreme (kyrion) power in a city, it necessarily follows that the supreme power resides either with an individual, with a few, or with the many' (Politics 1279a 25 ff). Current translations run more or less like this: "Since constitution and government signify the same thing, and since government is the supreme power in the state . . . " A more faithful translation would retain the closeness of the terms politeia (political activity) and politeuma (the resulting political outcome), but, apart from that, it is clear that the essential problem with this passage lies in Aristotle's attempt to get rid of the amphibology by using the term kyrion. With a bit of wrenching, the passage can be paraphrased in modern terms as follows: the constituent power (politeia) and the constituted power (politeuma) bind themselves together into a sovereign (kyrion) power, which appears to be that which holds together the two sides of politics. But why is politics riven by this fissure, which the word kyrion both dramatizes and heals over?

As for the Social Contract, Michel Foucault gave a course in 1977- 1978 at the College de France showing that Rousseau's aim was precisely to reconcile juridical and constitutional terms like contract the general will, and sovereignty with an art of government. For our purposes, the important thing is the distinction—basic to Rousseau's political thought—between sovereignty and government and their modes of interaction. In the article on "Political Economy" which the editors of the Encyclopedic commissioned from him, Rousseau wrote: "I beg my readers to distinguish clearly between the topic of this article, which is public economy, or what I call government, and supreme authority, or what I call sovereignty. The distinction lies in this: sovereignty has the right to legislate (le droit legislatif) . . . whereas government has purely executive power."

In The Social Contract the distinction between the general will and legislative capacity, on one hand, and government and executive power, on the other, is restated, but Rousseau now faces the challenge of portraying these two elements as distinct—and yet articulated, knit together, interwoven. This is what compels him, at the very moment he posits the distinction, to deny forcefully that there could exist any division within the sovereign. As with Aristotle, sovereignty that which is kyrion or supreme, is at the same time one of the two terms being distinguished, and the indissoluble link between constitution and government.

Today we behold the overwhelming preponderance of the government and the economy over anything you could call popular sovereignty— an expression by now drained of all meaning. Western democracies are perhaps paying the price for a philosophical heritage they haven't bothered to take a close look at in a long time. To think of government as simple executive power is a mistake and one of the most consequential errors ever made in the history of Western politics. It explains why modern political thought wanders off into empty abstractions like law, the general will, and popular sovereignty while entirely failing to address the central question of government and its articulation, as Rousseau would say, to the sovereign or locus of sovereignty In a recent book I tried to show that the central mystery of politics is not sovereignty but government; not God but his angels; not the king but his minister; not the law but the police—or rather, the double governmental machine they form and propel. Our Western political system results from the coupling of two heterogeneous elements, a politico-juridical rationality and an economic- governmental rationality, a "form of constitution" and a "form of government." Incommensurable they may be, but they legitimate and confer mutual consistency on each other Why does the politeia get trapped in this ambiguity? What is it that gives the sovereign, the kyrion, the power to ensure and guarantee the legitimacy of their union? What if it were just a fiction, a screen set up to hide the fact that there is a void at the center, that no articulation is possible between these two elements, these two rationalities? What if the task at hand were to disarticulate them and force into the open this "ungovernable" that is simultaneously the source and the vanishing point of any and all politics?

As long as thought balks at tackling this knotty problem and its amphibology, any debate about democracy, either as a form of constitution or as a technique of government, is likely to collapse back into mere chatter".

Giorgio Agamben
“Democracy in what State?

Libro completo, con ensayos de Badiou, Nancy, Rancière, Zizek; aquí.

07 febrero 2011

Alvy, Nacho y Rubin...

...interpretan a Los Campos Magnéticos.



Acá.

05 febrero 2011

"Moneda viviente"

Como Macedonio Fernández,
Pierre Klossowski dice:
gratuidad es gozar con lo que está fuera de precio
y es gratuito el acto de la procreación
y también la voluptuosidad o sensaciones
previas al acto de la procreación;

la vida gratuitamente recibida
en sí misma no tiene ningún precio,
sin la voluptuosidad no vale nada
tampoco la voluptuosidad tiene precio.

Recibo según soy capaz
y como persona soy
aquello que recibo y doy
por eso ya no soporto
recibir más de mi dar

-a riesgo de pertenecer
a los que reciben sin pausa.


Arturo Carrera
"Potlatch"

19 enero 2011

De "La vita agra"


“Y me echaron, sólo por el hecho de que arrastro los pies cuando camino, porque me muevo despacio, miro alrededor aún cuando no es indispensable. En nuestra actividad, en cambio, hay que separar bien los pies de la tierra y golpearlos estruendosamente contra el piso, hay que moverse, caminar, repiquetear, saltar, hacer polvo, mejor, una nube de polvo, y después esconderse adentro. No es como ser campesino u obrero. El campesino se mueve lentamente, porque su trabajo sigue las estaciones: él no puede sembrar en julio y cosechar en febrero. El obrero se mueve ágilmente, pero si está en la cadena de montaje, porque ahí le han contraído los tiempos de producción, y si no camina a ese ritmo tiene problemas [...]. Pero el hecho es que el campesino forma parte de las actividades primarias y el obrero de las secundarias. Uno produce de la nada, el otro transforma una cosa en otra. El medio de valoración del obrero y el campesino es fácil, cuantitativo: si la fábrica hornea tantas piezas por hora, si la finca rinde. En nuestra actividad sucede de otra manera, no hay una evaluación cuantitativa. ¿Cómo se mide la pericia de un cura, de un publicitario, de un especialista en relaciones públicas (RR.PP.)? Ellos ni producen de la nada ni transforman. No son primarios ni secundarios. Son terciarios y, osaría decir [...], aun cuaternarios. No son instrumentos de producción y tampoco correas de transmisión. Son lubricantes, son vaselina pura. ¿Cómo se puede evaluar a un cura, a un publicitario, a un RR.PP.? ¿Cómo se hace para calcular la cantidad de fe, de deseo de posesión, de simpatía que ellos serían capaces de generar? No, no tenemos otro patrón de medida que la capacidad de cada uno de permanecer a flote, de subir un poco más, es decir, de convertirse en obispo. En otras palabras, quien elige una profesión terciaria o cuaternaria necesita dotes y actitudes de tipo político. La política, como todos saben, desde hace tiempo ha dejado de ser la ciencia del buen gobierno y se ha convertido en el arte de la conquista y la conservación del poder. Así es que la bondad de un hombre político no se mide en relación con el bien que hace a los demás, sino sobre la base de la rapidez con que llega a la cima y el tiempo que se mantiene. [...] Del mismo modo, en las profesiones terciarias o cuaternarias, si no existe producción visible de bienes que sirva de patrón de medida, el criterio será ese”.

Luciano Bianciardi
“La vita agra”