"Ya se han interpretado bastante las pasiones: se trata de encontrar otras nuevas"
14 mayo 2011
"La dialectique"
"A mediados de los años treinta, mientras trabajaba en el libro sobre París y, después, en el de Baudelaire, Benjamin elabora el concepto de "imagen dialéctica" (dialektisches Bild), que estaba llamado a constituir el fulcro de su teoría del conocimiento histórico. Quizá en ningún otro de sus textos se aproxima tanto a dar una definición de ella como en un fragmento (N 3,1 del libro sobre los Pasajes de París). Distingue aquí las imágenes dialécticas de las esencias de la fenomenología husserliana. Mientras que éstas son conocidas con independencia de cualquier dato fáctico, las imágenes dialécticas son definidas por su índice o marca históricos que las remite a la actualidad. Y mientras que para Husserl la intencionalidad sigue siendo el presupuesto de la fenomenología, en la imagen dialéctica la verdad se presenta históricamente como "muerte de la intentio". Y esto significa que el pensamiento de Benjamin asigna a las imágenes una dignidad comparable con los eide de la fenomenología y con las ideas de Platón: la filosofía se ocupa del reconocimiento y la construcción de tales imágenes. La teoría benjaminiana no contempla ni esencias ni objetos, sino imágenes. Pero lo decisivo en Benjamin es que estas imágenes se definen a través de un movimiento dialéctico que es captado en el acto de su suspensión (Stillstand): "No es que el pasado arroje su luz sobre el presente o el presente su luz sobre el pasado, sino que la imagen es aquello en que lo que ha sido se une de modo fulmíneo con el ahora (Jetz) en una constelación. En otras palabras: la imagen es dialéctica en situación de suspensión (Stillstand no indica simplemente una detención, sino un umbral entre la inmovilidad y el movimiento)". En otro fragmento, Benjamin cita una pasaje de Focillon en que el estilo clásico se define como un "breve instante de plena posesión de la forma... como una felicidad rápida, como la akmé de los griegos, el astil de la balanza sólo oscila levemente. No espero verla inclinarse de nuevo súbitamente, y todavía menos el momento de fijeza absoluta, sino el milagro de esta movilidad titubeante, el temblor ligero imperceptible que me indica que está viva". Como en el "danzar por fantasmata" de Domenico de Piacenza, la vida de las imágenes no consiste en la simple inmovilidad ni en la sucesiva recuperación del movimiento, sino en una pausa cargada de tensiones entre ambas. "Cuando el pensamiento se detiene de repente en una constelación saturada de tensiones", se lee en la tesis XVII sobre la filosofía de la historia, "provoca en ésta una sacudida en virtud de la cual se cristaliza en mónada".
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"En la historia de la filosofía, esta "dialéctica en estado de detención" tiene un arquetipo ilustre. Éste se encuentra en el pasaje de los Segundos analíticos, donde Aristóteles compara la repentina parada del pensamiento en que se produce lo universal, a un ejército en fuga en el que de golpe un soldado se detiene y otr después de él y así sucesivamente, hasta que reconstituye la unidad inicial. Aquí lo universal no se alcanza por medio de un procedimiento inductivo, sino que se produce analógicamente en lo particular en virtud de su parada. La multiplicidad de los soldados (es decir, de los pensamientos y de las percepciones) en fuga desordenada es percibida de improviso como unidad, al igual que Benjamin -sirviéndose de una imagen de Mallarmé, que, en el Coup de dés, había elevado la página escrita a la potencia del cielo estrellado y, a la vez, a la tensión gráfica de la réclame- hablaba de la brusca inmovilización del pensamiento en una constelación. Esta constelación es, según Benjamin, dialéctica e intensiva, es decir, capaz de relacionar un instante del pasado con el presente.
Hay un grabado de Focillon de 1937, en el que el gran historiador del arte (que había heredado de su padre la pasión por las estampas) parece haber querido fijar en una imagen esta agitación suspendida del pensamiento. Representa a un acróbata que oscila colgado en su trapecio sobre la pista iluminada de un circo. En la parte inferior, a la derecha, la mano del autor escribió el título: la dialectique."
Giorgio Agamben
"Ninfas"