19 agosto 2009

de "Un paseo por la literatura"

"...7. Soñé entonces que visitaba la mansión de Alonso
de Ercilla. Yo tenía sesenta años y estaba despeda-
zado por la enfermedad (literalmente me caía a pe-
dazos). Ercilla tenía unos noventa y agonizaba en
una enorme cama con dosel. El viejo me miraba des-
deñoso y después me pedía un vaso de aguardiente.
Yo buscaba y rebuscaba el aguardiente pero sólo
encontraba aperos de montar.

...14. Soñé que estaba soñando, habíamos perdido la
revolución antes de hacerla y decidía volver a casa. Al
intentar meterme en la cama encontraba a De Quin-
cey durmiendo. Despierte, don Tomás, le decía, ya
va a amanecer, tiene que irse. (Como si De Quincey
fuera un vampiro.) Pero nadie me escuchaba y volvía
a salir a las calles oscuras de México DF.

...28. Soñé que tenía dieciséis y que Martín Adán me
daba clases de piano. Los dedos del viejo, largos
como los del Fantástico Hombre de Goma, se hun-
dían en el suelo y tecleaban sobre una cadena de
volcanes subterráneos.

...34. Soñé que era un detective latinoamericano muy
viejo. Vivía en Nueva York y Mark Twain me con-
trataba para salvarle la vida a alguien que no tenía
rostro. Va a ser un caso condenadamente difícil, se-
ñor Twain, le decía.

...37. Soñé que follaba con Carson McCullers en una
habitación en penumbras en la primavera de 1981.
Y los dos nos sentíamos irracionalmente felices.

...57. Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba
desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo toma-
ba en brazos, le compraba golosinas, libros para pin-
tar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva
York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía
a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para
cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matar-
te. Después se ponía a llover y volvíamos tranquila-
mente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?

Roberto Bolaño
"Tres"