"La dosificación de las indirectas, los anatemas, las burlas y los sarcasmos es delicada. El cínico deambula por este arsenal con la implacable voluntad de lucidez que lo caracteriza. Ninguno de sus gestos puede disociarse de una preocupación pedagógica: el filósofo quiere enseñar, mostrar, desconcertar y despertar la conciencia. El sarcasmo y las bromas, la causticidad y la sátira suponen la psicogogía, desnudar lo que se presenta como evidente. La subversión cínica, manifestada a través del juego de palabras, el humorismo y la ironía, apunta contra el bovarismo, cosa que el fundador del concepto –Jules De Gaultier- había visto muy bien. El cínico, escribe de Gaultier, tiene "la visión clara y se niega a dejarse dominar por la sugestión colectiva que los demás individuos mantienen con fervor".-" Y agrega: "Hacer acto de cinismo respecto de muchas de las presunciones del bovarismo es sencillamente hacer acto de análisis, es desmontar y mostrar así los artificios que, como un motor, establecen las condiciones que habilitan y hacen funcionar aquellas presunciones; esto basta para dejarlas fuera de servicio".-" El desmontaje se efectúa pues mediante estos nuevos conceptos operativos, como la risa, la ironía, el humorismo, el juego de palabras: burla antes que dialéctica, tomadura de pelo antes que retórica, bufonerías en lugar de disertaciones, y caricaturas en vez de demostraciones. Pagando ese precio, Diógenes desnuda, muestra los nervios, los músculos y los huesos que están debajo de la piel. Expone directamente los mecanismos y el mundo en toda su ingenuidad, la existencia en su aspecto grotesco, lo real en su acepción más cruel. Disipando así el velo de la ilusión, los cínicos pueden excavar más hondo: mientras se manifiestan a través de la ironía, hurgan profundamente en el sustrato de nuestra civilización para atacar sus cimientos y sus tabúes".
Michel Onfray
"Cinismos: Retrato de los filósofos llamados perros"
"Ya se han interpretado bastante las pasiones: se trata de encontrar otras nuevas"
28 agosto 2009
"Me ví como un condenado, sentí lástima"
"La evidencia atroz de que he estado engañándome a mí mismo toda la vida al pensar que es necesario hacer siempre otra cosa para que el espectáculo continuara y ahora no soy más que un payaso harto y enfermo, igual que todos los demás - Todo todo eso, deplorable y patético como es, ni siquiera anima ninguna clase de sentido común que atine a consolar al alma en esta condición horrible y siniestra (de fatal desánimo), me quedo entonces sentado en la arena después de haberme casi desvanecido y miro fijamente las olas que de pronto dejan de ser olas, entonces me pregunto cuál habrá sido la expresión más melosa, humillada y torturada que Dios, si Él existe, vio en su carrera cinematográfica - Éh vache, odio escribir - Todos mis trucos habían sido revelados, y la evidencia de su revelación revelaba una profunda charlatanería y simulación - El mar parece gritarme OBEDECE A TUS DESEOS NO TE QUEDES AQUÍ PERDIENDO EL TIEMPO - Después de todo, el mar es como Dios, Dios no nos pide que nos desanimemos y suframos y nos sentemos frente al mar a la noche tarde cuando hace frío para transcribir sonidos inútiles, al contrario, nos dió la herramienta de la confianza para guiarnos a través de la corrompida vida mortal hacia el Paraíso, por lo menos eso espero - Ah, la vida es una puerta, una senda, un camino al Paraíso, por qué no vivir para gozar la diversión y la alegría y el amor o alguna mujer junto al fuego del hogar, por qué no obedecer al deseo y REÍR... pero me escapé de la costa y nunca regresé sin esa certeza: que el mar no quiere que yo esté allí, que me comporté como un idiota sentándome en primera fila, el mar tiene su momento de olas, y el hombre el suyo de fuego en el hogar"
Jack Kerouac
"Big Sur"
19 agosto 2009
de "Un paseo por la literatura"
"...7. Soñé entonces que visitaba la mansión de Alonso
de Ercilla. Yo tenía sesenta años y estaba despeda-
zado por la enfermedad (literalmente me caía a pe-
dazos). Ercilla tenía unos noventa y agonizaba en
una enorme cama con dosel. El viejo me miraba des-
deñoso y después me pedía un vaso de aguardiente.
Yo buscaba y rebuscaba el aguardiente pero sólo
encontraba aperos de montar.
...14. Soñé que estaba soñando, habíamos perdido la
revolución antes de hacerla y decidía volver a casa. Al
intentar meterme en la cama encontraba a De Quin-
cey durmiendo. Despierte, don Tomás, le decía, ya
va a amanecer, tiene que irse. (Como si De Quincey
fuera un vampiro.) Pero nadie me escuchaba y volvía
a salir a las calles oscuras de México DF.
...28. Soñé que tenía dieciséis y que Martín Adán me
daba clases de piano. Los dedos del viejo, largos
como los del Fantástico Hombre de Goma, se hun-
dían en el suelo y tecleaban sobre una cadena de
volcanes subterráneos.
...34. Soñé que era un detective latinoamericano muy
viejo. Vivía en Nueva York y Mark Twain me con-
trataba para salvarle la vida a alguien que no tenía
rostro. Va a ser un caso condenadamente difícil, se-
ñor Twain, le decía.
...37. Soñé que follaba con Carson McCullers en una
habitación en penumbras en la primavera de 1981.
Y los dos nos sentíamos irracionalmente felices.
...57. Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba
desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo toma-
ba en brazos, le compraba golosinas, libros para pin-
tar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva
York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía
a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para
cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matar-
te. Después se ponía a llover y volvíamos tranquila-
mente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?
Roberto Bolaño
"Tres"
de Ercilla. Yo tenía sesenta años y estaba despeda-
zado por la enfermedad (literalmente me caía a pe-
dazos). Ercilla tenía unos noventa y agonizaba en
una enorme cama con dosel. El viejo me miraba des-
deñoso y después me pedía un vaso de aguardiente.
Yo buscaba y rebuscaba el aguardiente pero sólo
encontraba aperos de montar.
...14. Soñé que estaba soñando, habíamos perdido la
revolución antes de hacerla y decidía volver a casa. Al
intentar meterme en la cama encontraba a De Quin-
cey durmiendo. Despierte, don Tomás, le decía, ya
va a amanecer, tiene que irse. (Como si De Quincey
fuera un vampiro.) Pero nadie me escuchaba y volvía
a salir a las calles oscuras de México DF.
...28. Soñé que tenía dieciséis y que Martín Adán me
daba clases de piano. Los dedos del viejo, largos
como los del Fantástico Hombre de Goma, se hun-
dían en el suelo y tecleaban sobre una cadena de
volcanes subterráneos.
...34. Soñé que era un detective latinoamericano muy
viejo. Vivía en Nueva York y Mark Twain me con-
trataba para salvarle la vida a alguien que no tenía
rostro. Va a ser un caso condenadamente difícil, se-
ñor Twain, le decía.
...37. Soñé que follaba con Carson McCullers en una
habitación en penumbras en la primavera de 1981.
Y los dos nos sentíamos irracionalmente felices.
...57. Soñé que Georges Perec tenía tres años y lloraba
desconsoladamente. Yo intentaba calmarlo. Lo toma-
ba en brazos, le compraba golosinas, libros para pin-
tar. Luego nos íbamos al Paseo Marítimo de Nueva
York y mientras él jugaba en el tobogán yo me decía
a mí mismo: no sirvo para nada, pero serviré para
cuidarte, nadie te hará daño, nadie intentará matar-
te. Después se ponía a llover y volvíamos tranquila-
mente a casa. ¿Pero dónde estaba nuestra casa?
Roberto Bolaño
"Tres"
Modern Drunkard Magazine
"...Asking a bar to “bail out” your tab doesn’t work.
Trust me.
Consider building your own still.
All you need to do is read a couple books, get the parts, find a welder you can trust, mix up some mash and, uh — that ain’t gonna happen.
...Instead of spreading your money around, spend all your dough at one bar.
Regulars get benefits.
If your home is about to get repossessed, make sure you throw one last kick-out-the-jams party before you go.
And by jams I mean windows.
...Liquor stores are not always a better deal than bars.
When was the last time a liquor store comped part of your bill?
You can wheedle free drinks out of the bartender by telling him you just got laid off.
And in this kooky economy, it’s entirely possible you’ll get laid off more than once a week.
Better a poor man drunk than a rich man sober.
Think about it.
Consider getting a bar job.
It’s recession proof, especially if they don’t keep tight inventory.
Better times are just around the corner.
You know the place".
Este estupendo texto, completo, en "Modern Drunkard Magazine"
17 agosto 2009
"Lo que queda de Auschwitz"
"Uno de los equívocos más comunes -y no sólo en lo que se refiere a los campos- es la tácita confusión de categorías éticas y de categorías jurídicas (o, peor aún, de categorías jurídicas y categorías teológicas: la nueva teodicea). Casi todas las categorías de que nos servimos en materia de moral o de religión están contaminadas de una u otra forma por el derecho: culpa, responsabilidad, inocencia, juicio, absolución... Por eso es difícil utilizarlas si no es con especial cautela. La realidad es que, como los juristas saben perfectamente, el derecho no tiende en última instancia al establecimiento de la justicia. Tampoco al de la verdad. Tiende exclusivamente a la celebración del juicio, con independencia de la verdad o de la justicia. Es algo que queda probado más allá de toda duda por la fuerza de cosa juzgada que se aplica también a una sentencia injusta. La producción de la res judicata, merced a la cual lo verdadero y lo justo son sustituidos por la sentencia, vale como verdad aunque sea a costa de su falsedad e injusticia, es el fin úl-timo del derecho. En esta criatura híbrida, de la que no es posible decir si es hecho o norma, el derecho se aquieta: no le es posible ir más allá.
En 1983, el editor Einaudi solicitó a Primo Levi que tradujera El proceso de Kafka. Sobre esta obra se han ofrecido infinitas interpretaciones, que acentúan su carácter profético político (la burocracia moderna como mal absoluto) o teológico (el tribunal es el Dios oculto) o biográfico (la condena es la enfermedad por la que Kafka se sentía afectado). Pocas veces se ha hecho notar que este libro, en el que la ley se presenta exclusivamente en la forma del proceso, contiene una intuición profunda sobre la naturaleza del derecho, que no es aquí tanto norma según la opinión común- cuanto juicio y, en consecuencia, proceso. Pero si la esencia de la ley de toda ley es el proceso, si todo el derecho (y la moral que queda contaminada por él) es sólo derecho (y moral) procesal, ejecución y transgresión, inocencia y culpabilidad, obediencia y desobediencia se confunden y pierden importancia. “El tribunal no quiere nada de ti. Te recibe cuando vienes y te despide cuando te vas”. El fin último de la norma es la producción del juicio; pero éste no se propone ni castigar ni premiar, ni hacer justicia ni descubrir la verdad. El juicio es en sí mismo el fin y esto como se ha dicho- constituye su misterio, el misterio del proceso.
Una de las consecuencias que cabe extraer de esta naturaleza autorreferencial del juicio -y el que la ha extraído ha sido un gran jurista italiano- es que la pena no sigue al juicio, sino que éste es él mismo la pena (nullum judicium sine poena). "Se podría decir incluso que toda la pena está en el juicio, que la pena impuesta la prisión, el verdugo sólo interesa en la medida en que es, por decirlo así, una prolongación del juicio (piénsese en el término ‘ajusticiar’, giustiziare)" (Satta, p. 26). Pero lo anterior significa también que "la sentencia de absolución es la confesión de un error judicial", que "cualquiera es íntimamente inocente", pero que el único inocente verdadero "no es el que es absuelto, sino el que pasa por la vida sin juicio" (Ibid, p. 27)".
Giorgio Agamben
"Lo que queda de Auschwitz: el archivo y el testigo. Homo Sacer III"
En 1983, el editor Einaudi solicitó a Primo Levi que tradujera El proceso de Kafka. Sobre esta obra se han ofrecido infinitas interpretaciones, que acentúan su carácter profético político (la burocracia moderna como mal absoluto) o teológico (el tribunal es el Dios oculto) o biográfico (la condena es la enfermedad por la que Kafka se sentía afectado). Pocas veces se ha hecho notar que este libro, en el que la ley se presenta exclusivamente en la forma del proceso, contiene una intuición profunda sobre la naturaleza del derecho, que no es aquí tanto norma según la opinión común- cuanto juicio y, en consecuencia, proceso. Pero si la esencia de la ley de toda ley es el proceso, si todo el derecho (y la moral que queda contaminada por él) es sólo derecho (y moral) procesal, ejecución y transgresión, inocencia y culpabilidad, obediencia y desobediencia se confunden y pierden importancia. “El tribunal no quiere nada de ti. Te recibe cuando vienes y te despide cuando te vas”. El fin último de la norma es la producción del juicio; pero éste no se propone ni castigar ni premiar, ni hacer justicia ni descubrir la verdad. El juicio es en sí mismo el fin y esto como se ha dicho- constituye su misterio, el misterio del proceso.
Una de las consecuencias que cabe extraer de esta naturaleza autorreferencial del juicio -y el que la ha extraído ha sido un gran jurista italiano- es que la pena no sigue al juicio, sino que éste es él mismo la pena (nullum judicium sine poena). "Se podría decir incluso que toda la pena está en el juicio, que la pena impuesta la prisión, el verdugo sólo interesa en la medida en que es, por decirlo así, una prolongación del juicio (piénsese en el término ‘ajusticiar’, giustiziare)" (Satta, p. 26). Pero lo anterior significa también que "la sentencia de absolución es la confesión de un error judicial", que "cualquiera es íntimamente inocente", pero que el único inocente verdadero "no es el que es absuelto, sino el que pasa por la vida sin juicio" (Ibid, p. 27)".
Giorgio Agamben
"Lo que queda de Auschwitz: el archivo y el testigo. Homo Sacer III"
16 agosto 2009
VI
"Articular históricamente el pasado no significa conocerlo 'como verdaderamente ha sido'. Significa apoderarse de un recuerdo tal como éste relampaguea en un instante de peligro. Al materialismo histórico le concierne aferrar una imagen del pasado tal como ésta le sobreviene de improviso al sujeto histórico en el instante del peligro. El peligro amenaza lo mismo al patrimonio de la tradición que ha quienes han de recibirlo. Para ambos es uno y el mismo: prestarse de herramienta a la clase dominante. En cada época ha de hacerse el intento de ganarle de nuevo la tradición al conformismo que está a punto de avasallarla. Pues el Mesías no viene sólo como redentor; viene como vencedor del Anticristo. Sólo tiene el don de encender en el pasado la chispa de la esperanza aquel historiador que esté traspasado por la idea de que tampoco los muertos estarán a salvo del enemigo cuando éste venza. Y este enemigo no ha cesado de vencer".
Walter Benjamin
"La dialéctica en suspenso"
Walter Benjamin
"La dialéctica en suspenso"
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